No es ninguna novedad que me atraen los proyectos de interior que se desmarcaban de las ideas preconcebidas y buscan un camino distinto para diferenciarse del resto.
Cuando pensamos en una peluquería, a todo el mundo se nos viene a la cabeza un estilo determinado de local, y todos muestran unas similitudes muy reconocibles. Por eso me gustó en su día el Salón Nemetz, y hoy el Adee Phelan Salón, un salón de peluquería de caballero situado en Birmingham y diseñado por Ryan Mc Elhinney.
Todo el espacio sugiere la concepción de la peluquería como un arte, al igual que lo es la música, la pintura, la escritura etc. Para ello, toma prestado de distintos géneros elementos propios de su actividad, y los reinterpreta para adecuar su uso a las labores de peluquería.
Las librerias de madera antigua se convierten en los puestos de peinado, los lienzos de pintura en los de corte, y los lavaderos de cabeza se sitúan en un plano elevado, como si estuvieran en un escenario. Toda la decoración está cuidada con un gusto exquisito, plagada de obras de arte.
El contrapunto se consigue situándo a primera vista en la zona de recepción una escultura ocre de Don King Kong, al lado de la zona de espera donde encontramos unos sofás chester tapizados en el mismo tono, rompiéndo con la continuidad cromática del espacio.
Como en las mejores películas, un perfecto golpe de efecto.